miércoles, 30 de julio de 2014

LXVII

El golpe, la mata y el tintineo de fantasía.
Lleno de Manuel con un hormigueo inusual,
y la visión de San Nicolás que lo llenaba de asombro.
¡Oh, cómo quería Manuel a Jerry para ver lo que él vio!

Él saltó, y bailó, y se giró y señaló.
Uno que lo viera pensaría que Manuel era cuádruple articulado,
pero Jerry estaba todavía demasiado confundido para responder,
hasta que Manuel le apuntó con la barrita mágica.

192.168-Chiapella, Nueva Gales del Sur

lunes, 5 de mayo de 2014

LXVI (Barrio marginal)

Vi galerías de belleza en callejones
que El Santo Ganso llenaba de triángulos,
vi a Alí el Químico a caballo
lamiendo una tarjeta postal.
Buscaba a pie algo que no existía
huía de los hombres-emulsión,
pero ahora estoy solo, mi Señor, tu catéter me la arrebató,
así que cada noche
abandono mi fama y vuelvo siempre a la indigencia.

Europa era fácil y se enterraba
con ambas manos al cinturón.
Si uno iba y no había otro tras él, yo me convertía,
lo que sobraba de mí era sólo un sonido,
y a medida que la luz de la la ambulancia iba matando a las estrellas,
el Buen Samaritano
veía su alegría y su tristeza diluida,
su misericordia agudizada y oculta en sus gritos,
y volvía a la noche del carnaval por la indigencia.

Luego vino Ákamas, el conductor,
que en el jardín caminaba herido
y de la mano de un niño Jesús de largos dedos
esparcía sus llantos excitados.
Ahora ríe fuerte ante a un espejo,
espejo que también es mi ventana.
Sólo tiene veintidos años,
su muerte le convertirá en oro,
pero a mí me hará caer de nuevo en la indigencia.

Disfrazado de profesor
otra ha aparecido en la fuente de avena
viene huyendo de su país
es tímida, y en el temor de su sexo
yo tengo que ser el único justo.
Le pedí una estancia aquí, conmigo
ah, entonces el humo y mi recitar me impidieron verla,
y la habría sentido al lado de la primera,
pero es mejor así, calle abajo,
prefiero jugar al billar por la indigencia.

Todo lo que representa un festín
implica una sed que comienza,
ella se esconde tras la ropa vieja y el plomo
pero late con la fuerza de sus ingles
y así le darán en función de su propia concupiscencia
porque los mató al hablar del amor.
Cuando, con la misericordia de alguna droga
decaiga su espíritu, ella dirá:
"...tres niñas ahora os despojan..."
estará a punto de ser violada por la indigencia.

¿Eres, Neptuno, mi buen compañero, o no...?
sus perfectas jarras en el amanecer de los moribundos
¡oh!, almohadones, manzanas maduras
me veo en la noche, con el barco ocupado,
grito, y a mi lado, el todavía tribuno
lee a Fabrizio: El luchar con las manos en la torre,
todos disfrutábamos mucho de la estufa
en el mar de las ventanas que se inclinan
pero esto, en la calle, sería indigencia.

Tus cartas son a mi ayer, y a mí ayer.
Dime cómo he de cambiar
pero no seas ridícula,
no me preguntes "cómo" decir,
los héroes no piensan en esto
y no me reportan.
Yo no te escucharé si sólo quieres bailar,
ni siquiera te tocaré
si lo que quieres es enviar una carta por tu indigencia.

viernes, 4 de abril de 2014

LXV

"Quiero mi intimidad como una máquina,
la máquina de transporte de la pasta sin congelar.
Es así como la mermelada."

Vaya por Dios,
en la foto sale un señor muy serio,
pero esto está roto.

Todos a una en el mismo arándano,
el de la cuerda de cocinar carne en el baño,
¡mano sobre mano y rodilla con rodilla!

Hay que comprarles más Smacks a los pájaros.