jueves, 17 de marzo de 2016

LXXX (Para los árboles)

Prefiero que no me despierten si el valle cambia de dueño,
no saber nada y dejarles que se levanten si pueden.

En parte será porque estoy vacío ahora,
con el producto del deseo
emancipado en el objeto de deseo,
hasta puedo sentir lo muertas que están mis ramas.

Viendo caer ese fuego
y este trecho del camino cubierto por la lluvia,
una parte de mí que ya ni siquiera es mía
me hace sentir un calor y una satisfacción que no sé si me merezco.

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